domingo, 6 de marzo de 2011

Educación: Que cada uno elija


Nuestro despistado gobierno sigue inventando leyes para resolver problemas que no existen, haciendo agua en los que realmente son importantes. Ahora prepara una ley sobre la igualdad, que pretende evitar cualquier género de discriminación. En ese amplio saco va a incluir la peregrina iniciativa de prohibir cualquier financiación pública a los colegios con enseñanza diferenciada: esto es a aquellos que imparten docencia sólo a chicos o a chicas. El argumento de fondo es que separar es discriminar, y que discriminar es lesivo a la dignidad de las personas. Si eso es así, me parece que la norma se queda muy corta: si estamos atentando a la dignidad de las personas cuando educamos a chicos y chicas en aulas distintas, lo coherente sería prohibir esa práctica, no sólo reducirla a que “se la paguen los ricos”.
Ahora bien, ¿es realmente indigno de una chica o un chico que le eduquen sólo con otras chicas o chicos? ¿Diferenciar es lo mismo que discriminar? ¿Discriminar es lo mismo que negar derechos fundamentales de las personas? Supongo que entonces sería indigno que un equipo de fútbol o de baloncesto esté sólo formado por hombres o por mujeres; que haya habitaciones de hombres o de mujeres en los hospitales, en los cuarteles o en los vestuarios de las fábricas. El argumento puede llevarse hasta el absurdo, porque es un argumento absurdo. Se separa para facilitar las cosas a ambos sexos, para que ambos, hombres y mujeres, chicos y chicas, estén más cómodos. No somos robots, tenemos personalidades, necesidades y hábitos distintos. Me comentó hace tiempo un amigo biólogo, que hay más diferencia genética entre una mujer y un hombre, que entre un noruego y un yanomami: un cromosoma, nada menos.
¿Significa esto que las mujeres o los hombres tienen menor dignidad? ¿Qué tienen que dedicarse a tareas menos importantes? ¿Que son menos capaces, física o intelectualmente? Evidentemente, no. Educarlos por separado, a ciertas edades, sólo significa que hay personas que están convencidas que tienen un desarrollo afectivo e intelectual distinto (mayor para las chicas, por cierto) y que por eso, les va a venir mejor a todos (chicos y chicas) esa separación en beneficio de su progreso intelectual. El que no esté de acuerdo, lo tiene sencillo: hay muchos colegios de educación mixta; de hecho son la inmensa mayoría. ¿Por qué impedir, entonces, la decisión libre de los que piensan de otro modo?

1 comentario:

  1. A mi me parece una realidad que va cada día peor... Está tan de moda hablar de la discriminación y se buscan medidas "populares" para solucionar esto, si darse cuenta que la son otras las alternativas. Primero, aceptemos que somos diferentes, físicamente, mentalmente, emocionalmente, etccc...Luego, respetémosnos y entonces así no tendremos más discriminación...

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