domingo, 30 de septiembre de 2012

Se buscan "razones de la esperanza"


Siempre me ha gustado leer y escribir, es una forma excelente de enriquecerse como persona y de ayudar a otras personas. Las letras impresas son expresión de muchas cosas que son muy difíciles de expresar. A mi al menos, la mayor parte de las veces me resulta más fácil escribir sobre lo que llevo dentro que decirlo. La escritura es como "la toma de tierra" de un pararrayos: nos sirve también para descargar esa energía interior que bulle intentando entender mejor lo que nos rodea.
A nadie sorprenderé si digo que estamos en un momento especialmente delicado de nuestra trayectoria histórica, donde prima el pesimismo y la desorientación. Los enormes cambios sociales que se han vivido en España en los últimos treinta o cuarenta años nos dejan la impresión de que hay muchas cosas que se nos escapan, que nos faltan cimientos intelectuales, que hemos sustituido muchos valores por otros, o a veces por ninguno; a esa tendencia de largo plazo se une ahora la falta de horizontes económicos, que son precisamente los únicos que parecían contar, tras destruir todo lo demás. Si lo único que cuenta es la eficacia económica, el pragmatismo de lo que es y no rentable, ¿qué ocurre cuando la economía se tambalea?
En estos momentos resulta extremadamente importante que los cristianos mostremos con nuestra vida y nuestra palabra, con nuestros escritos, que hay valores meta-económicos, que nuestras actitudes vitales no pueden ser gobernadas por la prima de riesgo, el ibex o los presupuestos del estado. 
Los cristianos deberíamos ser siempre testigos de esperanza, pero especialmente en estos tiempos convulsos. Hace ya muchos años que me impactó grandemente unas palabras dirigidas por San Pedro a los primeros cristianos de Antioquía, donde les recomendaba estar "...siempre dispuestos a dar respuesta a todo  el que os pida razón de vuestra esperanza. Pero hacedlo con dulzura y respeto". Este ha sido la principal motivación de crear una editorial digital, que hemos llamado "Digital Reasons".  Pretendemos que esta iniciativa facilite una reflexión intelectual profunda, a la vez que accesible, sobre los grandes temas del pensamiento contemporáneo, principalmente de aquéllos que afectan y, a la vez, son consecuencia de una determinada concepción del ser humano. Vamos a cubrir 100 temas, muy variados, incluyendo cuestiones controvertidas en el ámbito de la bioética, del derecho, la historia, la economía, la ciencia, la cultura y las transformaciones sociales. 
Intentaremos abordar esos temas desde una antropología cristiana, presentando también, con la mayor honestidad posible, los argumentos que otras concepciones antropológicas aportan sobre los mismos, analizándolos con hondura y proponiendo razones que permitan superarlos. Nuestra principal inquietud es crear un proyecto cultural, que tenga amplio impacto en la formación de las ideas que lideren la sociedad en la que vivimos, por lo que pediremos a cada autor que ayude a generar una comunidad de lectores que inspiren a si mismo nuevas ideas. Los cristianos no podemos tenerle miedo al mundo contemporáneo, ni refugiarnos en ambientes artificiales porque allí nos comprenderán mejor. Estamos en medio de una sociedad que es plural y por tanto también compatible con la fe, y que además necesita la fe -ahora mas que nunca- para dar nuevo sentido a sus preguntas. Asumir por defecto que nuestros argumentos solo sirven para creyentes es pensar que los creyentes no podemos vivir junto a personas que no lo sean. La verdad es única, ardua de alcanzar, pero imprescindible para guiar nuestro intelecto. Pienso que tenemos mucho que aprender de personas sin fe, pero ellos también necesitan escuchar nuestras razones.
¿Alguien se anima a colaborar con este proyecto? Espero vuestras sugerencias a direccion@digitalreasons.es

domingo, 23 de septiembre de 2012

La neutralidad educativa

A propósito de la última entrada que hice en este blog, charlaba hace un par de días con tres compañeros de universidad, y surgió el tema de los distintos modelos de educación. La mayor parte no eran partidarios de la educación diferenciada (me parece muy razonable, siempre que no prohíban a los que opinan lo contrario ejercer su derecho a la elección), y una de ellas me indicó que, en su opinión, en los colegios no deberían existir idearios docentes, pues eso implicaba educar a los niños en un molde ideológico que acaba coartando su libertad. Con ese argumento, indicaba, los colegios no tienen que ser cristianos o musulmanes, sino simplemente centros donde se impartan una formación académica y luego cada chico/a que acuda fuera de horas a las actividades catequéticas que ellos o sus padres consideren oportunas. El argumento ciertamente es bastante común en la sociedad actual, y parece invocar algo tan comúnmente aceptado como el respeto a la libertad de conciencia. Sin embargo, me parece que tiene un punto débil: asumir que hay algún contenido educativo que es neutro. Enseñar valores cristianos, por ejemplo, sería "forzar" a los chicos en una determinada dirección, mientras no enseñarlos dejaría todas las puertas abiertas. Sin embargo, debería resultarnos obvio que cuando un alumno no oye hablar de Dios en su colegio, también se le está "forzando" por un determinado camino, que asume simplemente que Dios no existe o no tiene nada que ver con los valores educativos. Eso ya es optar. No enseñar a rezar es tan poco neutro como enseñar a rezar en los colegios; en un caso se asume que la oración no tiene importancia para las personas, y en otro sí. Naturalmente no estoy diciendo que un colegio deba convertirse en un lugar de adoctrinamiento religioso. Estoy diciendo que tampoco debe convertirse en un lugar de adoctrinamiento no religioso. Me parece que cada colegio debería impartir contenidos educativos con el mayor respeto a la verdad posible, pero además de contenidos (cómo es el universo, cómo funciona la naturaleza, cuál es nuestro pasado, cómo se opera en matemáticas...) hay una gran cantidad de valores (respeto a los demás, generosidad, magnanimidad, comprensión....) que no son en modo alguno neutros: o se enseñan o no se enseñan; en ningún caso hay educación neutra. Puede haber educación variopinta, donde cada profesor enseña cosas distintas con valores distintos, que no tienen por qué coincidir con los de los padres; o puede ser algo más coherente. Eso realmente es tener un ideario educativo: educar, etimológicamente, es sacar de dentro, no empapar con  conocimientos desde fuera, sino generar valores que acompañen a los chicos en su trayectoria vital.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Las manías educativas

Estuve hace unos días con el director del colegio Alborada, que arrancó hace apenas tres años en Alcalá de Henares, donde trabajo. Me impresionaron la limpieza y el orden de las instalaciones y el tono cordial de las personas que allí encontré. Contrastaba este ambiente pacífico con la imagen que la izquierda municipal está intentado transmitir del colegio. Desde meses antes de la construcción, están enzarzados los concejales locales del PSOE e IU en desprestigiar esta iniciativa, primero intentado impedir que recibiera el concierto, luego acusándolo de las cosas más inverosímiles. Al tratarse de un colegio de educación diferenciada (los chicos y las chicas reciben clases en edificios distintos del mismo colegio), vierten ahora la artillería dialéctica por esta vertiente, asumiendo que este modelo educativo atenta contra la dignidad de los chicos y las chicas. En esta línea, me comentaba el director que en una reciente intervención pública de un concejal alcalaíno, se refirió hasta seis veces al colegio (ninguna de ellas muy elogiosamente), diciendo textualmente que educaba a las chicas " para que se convirtieran en amas de casa". Cuando alguien tiene esta visión de la educación diferenciada, lo más lógico sería no que luchara para evitar que  reciba cualquier subvención pública, sino más bien para eliminar este modelo educativo. Es como si supiéramos que hay una residencia de ancianos que maltrata a sus residentes y todo nuestro interés fuera que no recibiera fondos públicos. !Sean ustedes consecuentes, anímense a prohibir la educación diferenciada si piensan que es tan contraria a los derechos humanos!
Claro está que no llegan todavía a este extremo porque poca gente les daría apoyo. El modelo de educación diferenciada está reconocido internacionalmente y lo practican no sólo colegios católicos -como la izquierda, tan amiga de las generalizaciones abusivas, predica- sino muchos otros de instituciones laicas, tanto de iniciativa privada como pública. Un buen panorama sobre esta opción educativa puede leerse en http://www.diferenciada.org/.
En mi opinión, educar a niños y niñas en aulas distintas tiene ventajas e inconvenientes a hacerlo en clases mixtas. Hay estudios pedagógicos que parecen demostrar que el desarrollo intelectual de niños y niñas tiene ciclos vitales distintos (vease por ejemplo http://www.education.com/reference/article/Ref_Cognitive_Gender/), por lo que parece lógico que tengan también ritmos de enseñanza diferenciados. Las clases mixtas ayudan a reconocer las fortalezas y debilidades de ellos y ellas, a prepararse para convivir en un mundo que es mixto. Las clases diferenciadas mitigan algunos factores de perturbación y competencia, singularmente vivos en la adolescencia. En definitiva, me parece que ambas son perfectamente válidas, por lo que la elección entre uno y otro modelo debería ser una opción de los padres, en función de sus propias convicciones. Lógicamente, eso requiere que existan alternativas, colegios con distintos modelos: soy bastante reacio al pensamiento único.
No conozco ningun partidario de la educación diferenciada que defienda que éste se convierta en opción universal. No veo por qué los partidarios de la co-educación sean tan beligerantes por excluirla. Supongo que se trata de manías educativas, y las manías mejor dejarlas en la esfera personal: acumularlas socialmente acaba por generar sociedades desequilibradas.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Bienvenido Mr. Vegas

La visita a España esta semana de la Dra. Merkel (no es una errata, pongo la abreviatura de doctora porque Angela Merkel es doctora en Física), ha avivado en algunos el sentido del humor latino, comparando la venida de tan ilustre mandataria con la recogida en la legendaria película de Berlanga ("Bienvenido Mr. Marshal"), según tengo entendido la considerada como mejor film de nuestra historia. Como hicieran los del pueblo que preparan un gran jolgorio para recibir a "los americanos", parece que ahora otros estaban preparando todas las alfombras rojas que quedaban en palacio para recibir a la canciller del país más poderoso de Europa, garante de nuestra moneda y, por ende, posible balón de oxígeno para nuestra endeble economía.
Pero parece que finalmente la lluvia de millones que podía traer la mandataria alemana ha dejado paso a otro aluvión económico, en forma de inversión en una ciudad de ocio llamada pomposamente "Euro Vegas". No es inversión alemana, sino estadounidense, y parece que nuestros mandatarios la reciben con el mismo entusiasmo con el que hace cincuenta años se recibiera la inyección económica del plan Marshal.
Siento disentir del entusiamo generalizado por la elección de Madrid como sede de ese gigantesco proyecto. Me parece que no son en absoluto buenas noticias. Por un lado, porque sigue consagrandose la imagen de España como lugar de recreo, donde se gasta el dinero que se produce en otros lugares. Por otro, porque se trata de una inversión asociada a negocios con los que estoy completamente en desacuerdo. Obviamente el juego está ligado a actividades que como mínimo pueden calificarse de poco honrosas: imagino que los oligarcas rusos o árabes no vendrán a esa ciudad de ocio precisamente a rezar el rosario.
Ciertamente corren tiempos económicamente muy difíciles, con muchas familias en situación angustiosa, pero la salida de la crisis no viene por la venta del país a intereses oscuros, sino por cambiar nuestro modelo económico, por hacer más productivo nuestro trabajo, por mejorar la innovación tan propia de nuestro ingenio latino, por arrimar el hombro y ser más solidarios, haciendo extras para que otros puedan tener más oportunidades. Ya sé que suena a palabras bonitas y que, en contraste, la inversión americana supone muchos puestos de trabajo. Ya tenemos bastantes relacionados con el ocio; nos faltan muchos más en sectores que son sostenibles a largo plazo: energías alternativas, agricultura de calidad, consultoría, moda, diseño, cultura...
Creo que nos hemos tomado demasiado poco en serio la visita de la Dra. Merkel. Los alemanes están donde están por su trabajo, por su sentido de estado, por la seriedad de su organización política, por el respecto a las normas de convivencia social, por contribuir solidariamente a financiar los servicios públicos. Ciertamente, me quedo con la bienvenida a la Dra. Merkel; me parece mejor opción que vender nuestro territorio a un modelo social que no comparto.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Los titulares

En la última de mis cuatro escalas en el viaje de vuelta de Australia, he han dado el periódico de hoy, el País para más señas, en la línea Iberia, para más señas. La verdad es que no han dado otra cosa, ni agua, que ahora todo lo cobran en el ánimo de competir con el bajo coste, aunque el coste siga siendo el mismo. Los otros tramos, desde Melbourne, pasando por Sidney, Singapur y Frankfurt, han sido más generosos en cuanto a comida y bebida se refieren, lo que ha paliado un poco las casi 30 horas de viaje que supone volver de ese lejano país.
He estado ojeando el periódico para volver a sumergerme en el devaneo político y los avatares económicos propios de nuestro país, tras quince días de apartado destierro en el otro lado del mundo. Me he entretenido especialmente en una página doble que dedicaba el periódico a hablar de los incendios forestales, tema obligado en un cualquier verano que se tercie. Como hace más de veinte años que trabajo en estos temas, he leído la noticia con interés. Parece ya casi un tópico, pero casi siempre se cumple que cuando uno lee en el periódico algo que conoce con cierta profundidad, acaba con una cierta decepción: nunca las noticias son consistentes con la realidad. En este caso, lo curioso del asunto es que tampoco las noticias eran consistentes entre sí, ya que los titulares indicaban una cosa y los datos que incluía el mismo artículo otra. Por ejemplo, decían los titulares: "Arden 153.000 hectáreas en el peor año de las dos últimas décadas". En fin, a poco que uno reflexione sobre este titular, parece claro concluir que no se quemaba esa superficie desde 1992. En la página siguiente a este titular se indicaban las cifras de superficie quemada desde 1961, y resulta que en 1994, 2000, y 2005 se quemó más superficie que este año. El título general de la página es: "Catástrofe ecológica". Seamos serios, solo pueden calificarse como catástrofes ecológicas las derivadas de instalaciones tecnológicas, porque son ajenas a la ecología del lugar (por ejemplo, explosiones nucleares o vertidos petroleros), pero el fuego es un agente natural de la vegetación mediterránea. Hay incendios en nuestro país desde hace muchos miles de años. Otra cosa sea los daños que provocan sobre la población y las viviendas: eso no es una catástrofe ecológica, sino social. Las áreas quemadas en 1994, donde casi se alcanzó la fatídica cifra de 500.000 hectáreas quemadas, están ya bastante recuperadas. Los mismo ocurre con los grandes incendios que azotaron el estado de Victoria, en Australia, a inicios de los años 2000, que he tenido ocasión de visitar recientemente. El problema grave no es que haya fuegos, sino que sean mucho más intensos o más frecuentes que en condiciones naturales.
Pero no es el asunto ahora hablar de incendios, sino de titulares. Estaría bien que quien los ponga al menos se lea el artículo que quiere titular; teniendo en cuenta que tantas veces los lectores sólo leen los titulares, se ve de esta forma cuanta desinformación podría evitarse.  Todavía mejor sería que leyeran también lo que dicen los expertos sobre el tema, incluso los que piensan de otra manera. Eso sería lo que podríamos llamar una prensa razonablemente competente.