domingo, 23 de septiembre de 2012

La neutralidad educativa

A propósito de la última entrada que hice en este blog, charlaba hace un par de días con tres compañeros de universidad, y surgió el tema de los distintos modelos de educación. La mayor parte no eran partidarios de la educación diferenciada (me parece muy razonable, siempre que no prohíban a los que opinan lo contrario ejercer su derecho a la elección), y una de ellas me indicó que, en su opinión, en los colegios no deberían existir idearios docentes, pues eso implicaba educar a los niños en un molde ideológico que acaba coartando su libertad. Con ese argumento, indicaba, los colegios no tienen que ser cristianos o musulmanes, sino simplemente centros donde se impartan una formación académica y luego cada chico/a que acuda fuera de horas a las actividades catequéticas que ellos o sus padres consideren oportunas. El argumento ciertamente es bastante común en la sociedad actual, y parece invocar algo tan comúnmente aceptado como el respeto a la libertad de conciencia. Sin embargo, me parece que tiene un punto débil: asumir que hay algún contenido educativo que es neutro. Enseñar valores cristianos, por ejemplo, sería "forzar" a los chicos en una determinada dirección, mientras no enseñarlos dejaría todas las puertas abiertas. Sin embargo, debería resultarnos obvio que cuando un alumno no oye hablar de Dios en su colegio, también se le está "forzando" por un determinado camino, que asume simplemente que Dios no existe o no tiene nada que ver con los valores educativos. Eso ya es optar. No enseñar a rezar es tan poco neutro como enseñar a rezar en los colegios; en un caso se asume que la oración no tiene importancia para las personas, y en otro sí. Naturalmente no estoy diciendo que un colegio deba convertirse en un lugar de adoctrinamiento religioso. Estoy diciendo que tampoco debe convertirse en un lugar de adoctrinamiento no religioso. Me parece que cada colegio debería impartir contenidos educativos con el mayor respeto a la verdad posible, pero además de contenidos (cómo es el universo, cómo funciona la naturaleza, cuál es nuestro pasado, cómo se opera en matemáticas...) hay una gran cantidad de valores (respeto a los demás, generosidad, magnanimidad, comprensión....) que no son en modo alguno neutros: o se enseñan o no se enseñan; en ningún caso hay educación neutra. Puede haber educación variopinta, donde cada profesor enseña cosas distintas con valores distintos, que no tienen por qué coincidir con los de los padres; o puede ser algo más coherente. Eso realmente es tener un ideario educativo: educar, etimológicamente, es sacar de dentro, no empapar con  conocimientos desde fuera, sino generar valores que acompañen a los chicos en su trayectoria vital.

2 comentarios:

  1. Estimado Emilio:

    ¿Sólo hay que dar instrucción aséptica en los Centros Educativos Estatales y/o subvencionados? Esto supone una gran ignorancia de la legislación.

    La legislación obliga a todos los Centros Educativos a crear el “Proyecto Educativo de Centro” (PEC), también llamado “Ideario del Centro”. Esto también se da en los países de la U.E.

    Participan en su elaboración distintos actores: “Consejo Escolar”, el “AMPA”, “Claustro”, etc.

    Se trata de determinar los principios de identidad, o valores a inculcar a los alumnos y los procedimientos para conseguirlos: generosidad, solidaridad, sinceridad, laboriosidad, respeto a la libertad de pensamiento, compañerismo, trabajo en equipo, ecología, etc.

    La inspección educativa cuando audita a los centros reconoce que son pocos los centros que tienen confeccionado dicho PEC o ideario del centro, por dejadez.

    Como padre participé en su confección en el Colegio Público Isaac Albeniz (años 80) donde iban mis hijos. Tardamos dos años en terminar dicho ideario del centro que fue elaborado mediante distintas comisiones. Es una tarea lenta.

    Cuando tenían mis hijos 12 años los llevé al Instituto Tajamar (pues ya podían ir solos en metro). Me llamó la atención, al leer el PEC, la potenciación de virtudes humanas y en especial:

    1.- Los profundos valores democráticos de respeto por las ideas de los demás en total libertad.

    2.- El máximo respeto por los itinerarios personales que los alumnos deben construir, pero dentro del marco de una ética.

    Saludos,

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  2. Gracias Domingo, mi entrada en el blog precisamente iba en esa línea: me parece que la educación nunca es aséptica, aunque tenga visos de neutralidad, pues siempre hay carga ideológica en lo que hacemos las personas que transmitimos ideas. Eso no tiene por qué ser peyorativo, como a veces se considera socialmente. En suma, estoy de acuerdo contigo, tanto en colegios públicos, como concertados o privados, es importante que haya un ideario del centro que permita orientar la educación hacia unos objetivos concretos, respetando lógicamente la libertad de los chicos. Que ese ideario se conozca por los padres es clave para que puedan elegir el colegio para sus hijos, en función de cómo encaje en su propia manera de ver la vida.

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