sábado, 17 de mayo de 2014

Como Internet nos está cambiando

No hace falta ser un analista social para darse cuenta que Internet supone una revolución cultural, además de económica y de otros órdenes. Por revolución entiendo lo que se entiende en los libros de Historia, un cambio radical, una nueva orientación de las cosas. Hasta qué punto esto es así resulta difícil de precisar, pues estamos metidos de lleno en el inicio de esa revolución y todavía solo atisbamos algunas de sus múltiples consecuencias. Lo más obvio es darse cuenta que Internet está cambiando nuestra forma de buscar y recibir información, pero requiere algo más de reflexión darnos cuenta de que está cambiando también otros aspectos mucho más básicos de nuestro modo de ser, desde la forma en que nos educamos o nos divertirnos, hasta los modos en que nos relacionamos con los demás (o no nos relacionamos). Resulta curioso, y a mi modo de ver lamentable, observar esas parejas sentadas en una cafetería, con un refresco todavía frío, una enfrente del otro, contestando freneticamente sus "guasaps", viendo vídeos de no se sabe qué estupidez mediática o escuchando música (naturalmente descargada lo más pirata posible). ¿De qué hablan dos jóvenes cuando se encuentran? Casi nada entre ellos, porque hay que contestar a otros que se encuentran virtualmente encerrados en una máquina que reclama su plena atención. Y no sólo son jóvenes, también mucho menos jóvenes que se desligan de una conversación colectiva para contestar mensajes, ver el periódico y los resultados del "partido del siglo", porque todo tiene que ser "en tiempo real", curiosamente sacrificando la realidad que vivimos en cada momento, que queda aparcada por la tensión de una comunicación frenética que tantas veces está solo cargada de nimiedades.
Quien observe las tendencias sociales no puede menos de analizar qué está haciendo con nosotros Internet, qué enormes ventajas nos proporciona y a qué otros desastres nos conduce. Cómo nos ayuda o nos obstaculiza las relaciones humanas, la capacidad de reflexión, de aprender críticamente, de crecer en madurez, en libertad y en responsabilidad.
Pensaba en estos temas mientras leía el último libro publicado por la editorial Digital Reasons, que titula Homo Interactivo: Como Internet nos está cambiando, un magnífico análisis de los impactos de Internet en nuestras vidas cotidianas, y particularmente en la forma en que aprendemos y nos relacionamos con los demás. El autor, con amplia experiencia en tareas educativas, presenta los avances tecnológicos que han permitido el desarrollo actual de la red y reflexiona sobre sus principales impactos, sus fortalezas y sus debilidades, para ayudarnos a pensar con más detalle en qué medida nos enriquece como personas, pero también en qué otros supone una pérdida en nuestros valores potencialmente muy sustancial.

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